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LA VIDA TE AYUDA



Déjame contarte que ya van varias veces que me pasa, salgo de mi casa triste o abrumada por algo y de pronto me sorprende la vida con algo agradable, algo sorpresivo, gente amable, gente platicadora o sonrisas de extraños que alegran el alma.


Estoy sumamente convencida de que en todo hay algo bueno, cada día siempre nos tiene más de una bendición lista para aprovecharla y agradecerla, simplemente a veces nos cuesta verlo, nos abruman más los problemas, nos estresa el ritmo de vida, las cuentas por pagar y demás situaciones. Algunas otras veces nos es más fácil poner atención a ese radar que nos recuerda que la vida está llena de momentos memorables y de situaciones que nos ayudan a lidiar con el mal humor, el estrés, con todo lo que vemos como negativo.


Te platico que en una ocasión me sucedió que salí de mi casa súper agobiada, ni siquiera recuerdo por qué, tomé un autobús para llegar al lugar al que iba y de repente un señor muy platicador se sentó a mi lado, comenzó a hablarme del inglés; me decía que es un idioma que le gusta mucho, que lo aprendió solo, que eso le permitió viajar y tener un mejor trabajo me dio consejos para aprender mejor, fue una charla entretenida, me hizo reír y me distrajo de las tonterías que pensaba, tanto que ya ni recuerdo qué me traía agobiada, sin embargo, sí recuerdo qué ese señor fue muy agradable y que mi humor mejoró.





Sin duda no soy muy de hablar con extraños, en realidad soy una persona muy introvertida, debo confesar que incluso a veces me incomoda mucho que un extraño comience a hablarme, estarás de acuerdo conmigo en que hay personas muy impertinentes, pero, también estoy convencida de que también hay personas con muy buena charla.


En otra ocasión, la vida me sorprendió ayudándome a mejorar mi humor y a valorar lo que tenía con un chofer de Uber o Didi, no recuerdo qué plataforma, que me contó que se salía a manejar más que por el dinero, por ‘terapia ocupacional’, porque era ‘adicto al juego’, no sé ustedes, pero nunca había conocido a alguien con ese problema. Me contó que perdió muchísimo dinero, que la verdad a veces se pasaba días enteros en los casinos, que se ponía de malas, vivía desesperado, comía mal, hasta que decidió que esa ya no era la vida que deseaba vivir y que a la fecha mejor se salía a manejar, así mataba las ansias por jugar y de paso ganaba dinero, de alguna manera ganando en lugar de perdiéndolo, pensé yo. Sin duda me impactó su confesión y ojalá siga firme en su decisión de no jugar más, ojalá tenga una vida más placentera, más plena, más tranquila.





Hace poco me paso de nuevo, me vi en la necesidad de salir a casa y tuve la oportunidad de tomar taxi de ida y vuelta, no me salía muy costoso así que aproveché y ambos choferes resultaron amables y platicadores. El chofer del primer coche me comentó que tenía poco trabajando como chofer de plataforma (Didi) y como traía una especie de mampara plástica que dividía los asientos de adelante con los de atrás, me fue preguntando que cómo percibía el servicio, que cómo podía mejorarlo, que cómo eran otros choferes conmigo como usuaria, en fin, me sentí asesora del servicio porque hasta iba aclarándole algunas dudas, sin embargo, me pareció agradable su confianza de pedir opiniones y su interés por mejorar su atención a clientes.


El segundo taxista me contó que, textual se los digo: es muy flojo para usar cinturón de seguridad, que lo hacía, pero no le gustaba, lo que sí le encantaba era manejar. Y no saben la emoción que me da conocer a alguien a quien le emociona su trabajo, hasta me alegré de haberme subido con él, al menos se puso a manejar un ratito en lugar de estar parado esperando pasaje en su lugar de sitio. También me platicó que antes de manejar taxis era trailero y añadió:


- Es que viera que manejar en carretera no estresa, estresa la ciudad, pero la carretera es tuya completamente.


Casi sentí que los ojos le brillaron cuando me dijo esa frase y ¡hasta me dieron ganas de manejar! Y eso que ni siquiera se hacerlo, pero me contagió con una frase esa felicidad y libertad que siente al hacer algo que disfruta plenamente. Al actual taxista y antiguo trailero me contó que con los tráileres ganó mucha experiencia y se enseñó a planear todo, porque tenía que estar al pendiente del combustible, de cuidar muy bien las llantas, revisar todo para llegar de acuerdo a lo estimado, además de la destreza que obtuvo manejando, calculando espacios para estacionarse, ahí si que no pude aguantarme y le dije:


- Ay oiga, es que ustedes los traileros manejan como si trajeran ‘vocho’


A lo cual soltó una risilla y añadió que sí, que era la experiencia que agarraban, que ya se les hacía fácil estacionarse donde lo necesitaran y rápido.





¿Saben? Hasta cortito se me hizo el camino, la verdad que lamenté no regresar de un lujar más lejanito, porque la plática estaba buena, además yo siempre me he querido subir a pasear a un tráiler, se me figura que se ha de ver super bonito el paisaje porque son mucho más altos que casi cualquier vehículo, aunque en los autobuses de doble piso me doy una idea de lo bonito que se ha de ver todo, pero ya mejor voy a cambiar de tema porque se me va a antojar mucho más salir de viaje.


Con todo esto concluyo varias cosas, una que sin duda existen muchos buenos conversadores regados, que te cuentan aventuras increíbles, que te comparten un poquito de lo que son de manera muy emocionante. Concluyo además que en todos existe algo emocionante que contar, siempre lo he pensado así, sé que todos tenemos más de una historia interesante que compartir con los demás.





Y al final concluyo además que siempre puede haber algo interesante que te ayude a mejorar tu humor, que te anime, que te entretenga, que te haga olvidarte de los problemas, algo sencillo, algo apreciable, algo que tiene que ver con la vida misma fuera de las pantallas.

Déjate llevar por esas buenas conversaciones, recibe la sabiduría que otros te comparten, créeme que puedes aprender mucho de la persona que menos te imaginas y sí, lo sé, a veces ‘el horno no está para bollos’ y hay personas que no tienen muy buena vibra que solo hablan de cosas negativas o son impertinentes, pero hay otras por las que, si vale la pena salir de la burbuja, quitarnos los audífonos y escuchar lo que tienen por contar, quizá ahí encuentras alguna respuesta o idea que has buscado.


Gracias extraños, gracias buenos conversadores, gracias a ustedes que me leyeron.

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