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¿TENER RAZÓN O SER FELIZ?

“Las personas no quieren ser felices, quieren tener razón”… ¡Tras! Se me movió hasta el piso cuando me lo dijo mi terapeuta.





Mentiría si te dijera que recuerdo el momento o la razón exacta por la que me soltó esa frase tan certera y llena de razón, pero hasta la fecha la sigo asimilando y reflexionando; aunque a decir verdad de seguro fue para ayudarme a entrar en razón respecto al trabajo que estoy haciendo para aprender a soltar, a fluir y a aceptar la realidad como es.


Y es que tiene toda la razón, por lo general ponemos a nuestra felicidad no en la realidad, sino en el querer tener razón y el querer controlarlo todo, quizá es por eso que nos cuesta tanto trabajo ser felices, porque no siempre podremos tener la razón, ni las cosas saldrán como lo deseamos y si ahí ponemos nuestra felicidad, pues está difícil.


Justo por la fecha en que mi terapeuta me mencionó esa frase de impacto, me puse a aprovechar el tiempo de un trayecto en autobús escuchando un podcast de Aislinn Derbez, en el cual tenía de invitado a Santiago Solano y quizá el título fue el que me atrapó: Cambia tu perspectiva sobre esta crisis (En la parte inferior les dejo el video de la charla) y desde luego empieza hablando acerca de todo lo relacionado al COVID 19, pero en un punto menciona algo relacionado a la frase que me sacudió.





Santiago menciona que estamos acostumbrados a llamar ‘caos’ o desastres a los procesos de transformación que tiene la tierra y el universo, mismos que no comprendemos o que no queremos vivir, porque no comprendemos que la tierra tiene sus procesos, sus modos, sus sistemas, por llamarlos de algún modo, es tal como cuando tapas un río para poner una calle y cada temporal de lluvias esa calle se inunda ¡lo cual es normal! Porque ahí había un río y el agua siempre va a tomar su cauce natural, pero no lo comprendemos, ni lo aceptamos.

Justo por lo anterior nos la pasamos sufriendo, porque el sufrimiento viene de que la vida no sea como nosotros queremos que sea, pero de alguna forma esas expectativas se originan en nuestra cabeza, vienen de nuestras carencias, de nuestras heridas, de nuestros vacíos e ignorancia, por eso nos duele tanto, porque vienen desde un lugar que necesita ser comprendido y sanado.


Así pues, la vida nos va mostrando eso que necesitamos comprender y sanar, de una y mil formas, porque quiere que aprendamos la lección y que sanemos las heridas, para así poder crecer y evolucionar como personas y cómo es que nos va mostrando lo que necesitamos aprender: a través de lo que se nos dificulta. La buena noticia es que, una vez que aprendes la lección jamás se te va a volver a presentar.





Sin embargo, siempre estamos luchando, siempre estamos buscando tener razón, cuando lo que tenemos que hacer es parar y preguntar ¿Qué me está queriendo enseñar esta situación que no me gusta? ¿Qué me está queriendo enseñar esta persona que me molesta? (quizá no es la persona en sí, sino lo que te provoca, por qué te molesta, por qué te incomoda).

Lo sé, suena complicado, yo misma todavía me frustro cuando algo no sale como lo espero, todavía me desespero cuando las cosas no pasan en el tiempo que lo planeo, todavía no soy tan paciente, todavía hay cosas y situaciones que quiero controlar, todavía siendo que hay momentos que me rebasan, pero también poco a poco voy comprendiendo desde donde vienen esas frustraciones, desde dónde vienen esas ansias de control, también voy reconociendo las lecciones y los maestros.


Es difícil, pero no imposible comenzar a soltar las expectativas (esas que nos dicen cómo tiene que ser tu pareja, cómo tiene que ser la cita perfecta, cómo tiene que ser la vida a los 30 años, cómo es una vida exitosa, todo eso que solo limita), las ansias de control y la necesidad de tener razón.





Porque a final de cuentas, como me lo dice mi terapeuta: ¿Cuál control? No puedes controlar nada ¿Quién te crees para querer controlar algo? Es imposible, no tenemos las riendas de nada, lo único que podemos hacer es aprovechar lo que va llegando para aprender algo.


Quítate las limitaciones, abre la mente y elige tus batallas, no quieras ir por ahí teniendo razón de todo, cada quien ve el mundo desde diferente ángulo, cada quién tiene una realidad distinta y para muestra un botón, haz un experimento, observa un paisaje el que sea desde 3 puntos distintos y de seguro notarás detalles diferentes, así es la vida, todos tenemos diferentes perspectivas, cada una aceptable, cada una real.






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