¿Eres ordeñador o ganadero? Descúbrelo...

Mi abuelo fue agricultor y ganadero. Con mucho trabajo, esfuerzo y una administración cuidadosa, logró hacerse de sus vaquitas. De su experiencia nació una de sus frases más sabias:

Hay ganaderos y hay ordeñadores.

Con esto, se refería a que el éxito en la ganadería depende del cuidado y la dedicación. Por ejemplo, él nunca dejaba a sus vacas sin sombra; siempre procuraba que tuvieran un lugar donde protegerse del sol y la lluvia. Mientras que, en el mismo pueblo, había quienes dejaban a sus animales a merced de las inclemencias del tiempo.

Además, mi abuelo siempre les daba una pastura adecuada. Como tenía ganado para ordeña, sabía que era fundamental alimentarlas bien para obtener buena leche. Otros, en cambio, dejaban a sus vacas con el pasto que encontraban, ordeñándolas dos veces al día.

Pobres vacas: solían estar flacas y opacas. Las de mi abuelo, en cambio, siempre estaban bien cuidadas: gorditas y con el pelo brilloso.

Mi abuelo las atendía con esmero, les hacía revisiones periódicas y se aseguraba de que no tuvieran garrapatas. Era, sin duda, un verdadero ganadero.

¿Cuál es la diferencia entre ser ganadero y ordeñador?

Ser ganadero pues, implica cuidar de tus vacas, por dos razones:

1) Son un negocio, pero no dejan de ser animales y tener sus necesidades importantes.

2) Si cuidas bien de tu negocio, te dará buenos rendimientos.

Por eso, es necesario invertir tiempo y recursos. Mi abuelo invertía en el bienestar de sus vacas y, como resultado, rara vez se enfermaban, producían buena leche y, cuando necesitaba venderlas, siempre encontraba compradores. Todos sabían que eran animales bien cuidados y sin sorpresas.

Por otro lado, ser ordeñador es solo sacar provecho de los animales, sin cuidados ni inversión. Así, no hay garantías de que el negocio funcione; simplemente se “aprovecha” hasta que deja de servir.

Esta filosofía aplica a cualquier negocio o relación. Hay quienes solo buscan sacar provecho, sin aportar ni cuidar. Pero, tarde o temprano, esa fuente se agota.

Piensa como ganadero, no como ordeñador

Si quieres que tu negocio, proyecto o relación crezca y dé frutos, debes ir más allá de solo aprovecharte. Invierte, cuida y piensa a largo plazo. Así, como un verdadero ganadero, cosecharás los mejores resultados.