¿Es la limpieza del hogar lo más importante? Personalmente creo que no, aunque SÍ ES IMPORTANTE tampoco crean que nunca limpio ¿Y entonces? Seguro me dirán ¡explícate, Magnolia! Y a eso voy…
A veces, mis redes sociales personales me parecen un dolor de cabeza, sobre todo cuando me toca encontrarme con personas a las que les encanta enfrascarse en discusiones sin sentido, de hecho, he tenido como regla reducir los temas polémicos en mis redes, para evitar ese tipo de interacciones en las que no se llega a ningún lado porque para empezar a veces ni argumentos sólidos hay y en otras ocasiones, no hay tiempo de responder. A veces incluso se genera la polémica de la nada. Sí, yo sé que una red social es para interactuar, pero, también considero que no son un medio para debatir y lograr como fin algo ampliamente significativo, exceptuando los ‘Grupos’, esos tienen otro objetivo muy distinto al ‘Muro personal’, refiriéndome a Facebook, por ejemplo. Yo sé que también a veces mucho se trata solo de expresar la opinión y lo respeto, es parte del juego.
El caso es que, hace algunos días se me ocurrió poner una imagen en mi muro de Facebook que se las dejo justo aquí:
Y al ver todas las opiniones que se desataron al respecto, me dieron ganas de escribir este artículo.
Primero debo comentar que el texto de la imagen me llamó la atención y me pareció adecuado por muchas razones. Sí, debo decir que la palabra ‘patriarcado’ me parece sumamente chocante, su definición más sencilla se las comparto a continuación tal cual la encontré: “predominio o mayor autoridad del varón en una sociedad o grupo social”, no necesito decir más, pero tampoco voy a entrar en polémica, cada quién puede analizar cómo son las cosas en la actualidad y en el pasado. Si necesitan una definición mayor también pueden buscarla, aquí solo quería una pincelada de lo más básico.
Con lo anterior pretendo restar atención de la palabra patriarcado para comenzar a desmenuzar las cosas, por un lado es innegable que muchas de nosotras - mujeres - tuvimos ollitas para jugar a la comidita, trapeadorcitos y escobitas, cubetitas, cosas que desde niña nos iban identificando con un cierto rol que a los hombres no se les daba o asignaba, es real que ahora eso está cambiando, afortunadamente, es tarea de los padres que eso siga cambiando. De igual manera tampoco puedo negar que a veces uno era quien pedía ‘esos juguetes’ porque era lo que solía verse en casa… ¿cuántas o cuantos de ustedes tuvieron una madre o abuela ama de casa que se la pasaba limpiando? ¿cuántos recuerdan que constantemente su padre, abuelo o tíos limpiaran con la misma delicadeza que mamá o abuela?
Es real que a las mujeres se nos enseña con más dedicación a limpiar, aunque, la verdad en mi casa, mi madre nos enseñó a mi hermana y a mis hermanos a hacer todos los quehaceres por igual, a partir de los 9 años más o menos, nosotros ya podíamos hacernos cargo de lavar nuestra ropa con su obvia supervisión que incluía lavar ropa dos o más veces si no lo hacíamos bien, porque no nos iba a traer con ropa sucia y desde ese momento fue nuestra responsabilidad. Poco a poco también nos iba enseñando y delegando otras obligaciones como: trapear, sacudir, lavar vidrios, barrer, planchar e incluso cocinar (ah, cómo sufrí para aprender a cocinar) y a coser ropa (botones, bastillas, remiendos) ¡A todos nos enseñó por igual! Y le agradezco que a ‘tiras y tirones’ como se dice, me haya enseñado a mí y a mis hermanos a ser limpios, ordenados y autosuficientes.
Me permito además confesarles que uno de mis hermanos plancha mejor que yo e incluso en su familia es el ‘encargado oficial’ de planchar ropa para trabajo y para el día a día, ya sea suya, de su esposa e incluso de sus hijos, lo cual hace sin problema alguno. Porque el aseo también es responsabilidad del varón, todos los que ensucian tienen que ayudar a limpiar con los acuerdos que a cada quien desee generar en su entorno familiar.
También agradezco que mi madre haya sido tan tenaz en enseñarnos a limpiar, porque a la fecha sé que hay cursos que suelen costar un dineral y en los cuales te enseñen a limpiar ¡se los juro! Te ayudan a conocer los productos de limpieza, te dicen cómo lavar trastes, trapeadores y demás, todo eso que a mí y a muchas nos enseñó nuestra madre, tía o abuela.
Reconozco que el texto de la imagen puede sonar un poco extremista al final, pero al mismo tiempo, considero que no está muy alejado de la realidad.
Sé que la limpieza es esencial para estar a gusto, me gusta tener mi casa ordenada, me gusta que huela a limpiador (mis favoritos son el Fabuloso morado, azul y naranja, de verdad los amo), incluso me desespero cuando siento que la casa ya no huele rico y si pudiera pondría aroma así como en las tiendas departamentales, sin embargo, estoy intentando tener un balance entre limpiar, hacer mi trabajo, convivir con mi pareja, amigos, familia, descansar y desarrollar mis pasatiempos.
También sé que un entorno ordenado te ayuda a tener la mente más en calma, la recomendación más sencilla es que cuando sientas la mente inquieta te pongas a ordenar mínimo un cajón, tu escritorio o tu clóset, porque eso te dará una estructura y simplicidad, entre más caos haya en tu entorno más caos puede haber en tu interior, ya sea en mente o sentimientos, aunque no lo creas.
Todo lo anterior no está en discusión, no obstante, también he conocido bastantes testimonios de cómo esa necesidad/compulsión de tener todo extremadamente limpio puede llegar a agotarnos sin dejarnos tiempo para otro tipo de desarrollo personal.
Dentro de todas las tristes historias que he conocido está la de una mujer que después de todo un día de trabajo (2 turnos como maestra) llegaba a limpiar una casa que había estado sola todo el día, desde sacudir, barrer, trapear e incluso rechazaba los llamados de su marido para que descansara y conviviera con él, porque a final de cuentas la casa estaba limpia. Por otro lado, en alguna ocasión una amiga me confesó que había momentos en que hacía la comida o limpiaba con una frustración enorme por querer estar haciendo otra cosa y sentir que no tenía tiempo. También he escuchado comentarios terribles de mujeres que señalan que ellas saben si en la casa hay una ‘buena mujer’ dependiendo de qué tan limpio está su trapeador, pues según ellas debe estar completamente blanco, tomando eso en cuenta, fracasé como mujer porque no paso de un gris clarito. Y finalmente están los casos de esas mujeres que prefieren no convivir con la familia cuando hay alguna reunión por estar limpiando y al respecto hay una anécdota que mi mamá me platicó y ahora se las contaré yo:
Resulta que en una ocasión, una conocida estaba en la casa de su suegra y cuando terminaron de comer se levantó, recogió los trastes de todos, se puso a lavarlos, lo cual podría parecer muy amable de su parte por un lado, sin embargo, su suegra se acercó a ella, agradeció el gesto y amablemente le comentó que en esa ocasión prefería convivir con ella y con el resto de la familia porque era el único día que estaban juntos, al día siguiente ella estaría sola y no le importaba limpiar todo, así se entretenía un rato después de haber disfrutado de su reunión familiar. Valoraba más que sus hijos o hijas llegaran y charlaran con ella a que le arreglaran la casa, valoraba más convivir con su familia un momento por lo que decicía ‘sacrificar’ la limpieza inmediata.
Esa anécdota me hizo sentido y se relaciona con la dichosa imagen que compartí, claro que las personas de mi Facebook no tienen todo ese contexto y lo relacionan con su contexto, pero ahora lo comparto, porque me enseñó que hay momentos en los que podemos aplazar un poco la limpieza de unos trastos a cambio de convivir, podemos evitar recoger la sala si eso significa poder jugar un rato más con los hijos o sobrinos, podemos aplazar un día más el barrer la casa si eso significa poder convivir con nuestra pareja, descansar o leer un libro, por ejemplo.
Es por todo lo anterior que me hizo sentido la palabra COMPULSIÓN como algo un poco más extremo que el hecho de querer un entorno limpio, como es natural que lo queramos. Compulsión de acuerdo a su definición más sencilla se refiere a un impulso o deseo intenso o vehemente de hacer una cosa, quizá es algo más leve que una obsesión, pero aun así es algo que me parece más allá de lo normal, quizá me equivoco y pueden señalarlo si es así.
Con esto, como puedes ver, no me refiero a tener un entorno desordenado, una casa sucia o a que un hombre te delegue la obligación de limpiar, más bien me refiero a buscar la manera de tener un balance en nuestras vidas, incluso a tener un sistema que nos permita organizarnos mejor.
De repente, te comparto mi caso, porque yo también llegué a abrumarme con la limpieza cuando empecé a vivir con mi pareja, a pesar de que él también colabora con el aseo del hogar, por lo tanto lo terminaba abrumando a él, así que opté por hacer un calendario, por lo tanto, un día lavo, un día sacudo barro y trapeo, constantemente limpio la cocina y un día la limpio más a fondo, obvio diario lavo los trastes (esos se multiplican como búlgaros), suelo echar desinfectante en el baño de manera constante y lo lavo a fondo una vez a la semana, un día a la semana sacudo y ordeno mi lugar de trabajo, ya saben por todos esos papelitos que surgen en la semana de trabajo, etc… cabe destacar que este es mi sistema, me funciona a mí porque vivo solo con mi pareja y por muchas otras razones. Tú puedes crear el tuyo, te aseguro que poco a poco todo irá funcionando mejor.
Al final vuelvo a recalcar que esto es mi punto de vista, comparto mi experiencia y las maneras en que yo me he ido organizando, si te sirve toma esas ideas y si no, quédate con mi agradecimiento por haber leído todo hasta aquí. Gracias, poderosa o poderoso.
Comments